De Pirámides a las Esferas de cristal

Pirámide de arena y esfera de diamantes



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En mi reciente artículo reflexionaba sobre las carencias de seguir en demasía a ciertas personas: esos mentores que nos enseñan los caminos que tenemos que transitar, comportándose como pastores y mesías. Y aunque estas personas tienen virtudes que destacan del resto, no es porque sean más que los demás, sino porque sus virtudes son más visibles y están alineadas con las normas que la comunidad acepta.

Seamos honestos: estos mentores pueden ser buenos en aspectos como el liderazgo, la comunicación o la disciplina, pero si conociéramos toda su vida privada, notaríamos muchas carencias, aspectos que podrían ser criticados. No es la primera vez que personas alabadas por mucho tiempo caen en descrédito ante sus seguidores al conocerse comportamientos que no se alinean con las actitudes que predicaban. De ahí viene la frase "haz lo que digo y no lo que hago", con su inevitable matiz de ironía.

Lo que sucede es simple: cuando buscamos formar un ídolo de una persona común y corriente, que tiene sus defectos y virtudes como todos, terminamos construyendo una pirámide para colocar a nuestro mentor en lo alto. Pero inevitablemente, cuando está en la cima, descubrimos sus errores y defectos, algo que nos desilusiona, como todo ser de carne y huesos. Nadie es perfecto de forma individual, pero esa perfección buscada la encontraremos en pequeñas piezas que todos llevamos dentro, y esas piezas son nuestras virtudes.

Todos mentimos y todos ocultamos cosas a los demás por miedos o diferentes razones, pero al mismo tiempo todos llevamos dentro la luz divina con muchas virtudes tan puras como aquellas que nos señalan esos mentores. Por alguna razón, hoy en día mucho se habla de combatir nuestros miedos y traumas, cierto?, combatiendo miedos y traumas lograremos evitar mentir y ocultar, algo que usa mucho el ego, porque tiene miedo de dejar de existir precisamente y busca sobrevivir. Por el contrario, daríamos paso a nuestra voz y luz interior, las purezas de las virtudes, en definitiva daremos paso a la conciencia. . 

Conocer nuestro camino

Como dije en el artículo anterior, no podemos transitar el camino de nuestro mentor porque tenemos nuestro propio camino, único e irremplazable. Este camino está marcado por nuestro entorno familiar, la zona del país donde vivamos, nuestra cultura, costumbres y expectativas familiares. Es lo que muchos describirían como el contexto de tu camino.

Y aunque un mentor pueda mostrarte virtudes valiosas para adoptar, quizás no puedas utilizar esas habilidades en tu camino precisamente porque tu contexto es diferente. Si tu camino es sobre aguas, necesitarás algo que flote y no un coche de Fórmula 1. Hay cosas que funcionan y otras que no, y lo importante es conocer nuestro propio camino.

Pirámide de arena y esfera de cristal

Cómo encontrar las virtudes

Para encontrar nuestras virtudes debemos observar el reconocimiento de los demás hacia nosotros, lo cual requiere una observación e intuición aguda de nuestra parte. Esta es quizás la parte más difícil, porque implica observar las reacciones de las personas para comprender cómo influimos en su entorno: los silencios que nos dicen que nos aprecian por algún motivo, las pequeñas reacciones de agradecimiento por los aportes que hagamos sin darnos cuenta.

Quizás al principio no podamos identificar exactamente qué virtudes hay dentro nuestro, pero podemos confirmar que las tenemos, y ese es un buen comienzo. Cuando hablo de virtudes no me refiero a nuestras habilidades técnicas que son valiosas y necesarias como los neumáticos de un automóvil, sino a esas cualidades que actuarán como el combustible o el motor de ese automóvil, para transitar ese camino individual.

Las virtudes que tengamos y las que adoptemos de los demás nos harán fuertes de espíritu, no sólo para transitar el camino sino para llegar al final del mismo. Hablo de virtudes como:

- La templanza

- La paciencia

- El saber observar el entorno

- Conocer los tiempos de siembra y cosecha

- Poder sentir o intuir el sentir de las otras personas

Y estas mismas virtudes las podemos encontrar en nuestro entorno, más allá de las críticas que le podamos hacer al resto o lo que veamos mal de ellos.

Un ejemplo

Pensemos en un vagabundo. Quizás lo critiques por su falta de ánimo, por no asearse o por dormir en lugares que no corresponden. Pero si observamos con otros ojos, con verdadera sensibilidad, podremos captar en ese mismo vagabundo una fuerza espiritual para seguir adelante, su esperanza de que la vida tome otro rumbo, su paciencia y su indiferencia ante las críticas de los demás. Y así, en situaciones similares, iremos descubriendo más y más virtudes en lugares inesperados.

Apliquemos estas prácticas con nuestro entorno para poder captar esas virtudes, aprender de ellas y sumarlas a las nuestras, haciéndonos más fuertes al transitar nuestro camino. De esta manera, estaremos transformando esa pirámide de ídolos de barro en una esfera de cristal donde todos aportan lo mejor de sí mismos.

Para ampliar nuestra comprensión sobre las virtudes que podemos encontrar y cultivar, en el formato de texto te comparto un panorama más completo de las diferentes formas en que éstas pueden manifestarse :

Virtudes de carácter social:

  • La empatía: la capacidad de ponerse en el lugar del otro

  • La compasión activa: no solo sentir por otros, sino actuar para ayudar

  • La generosidad genuina: dar sin esperar retribución

  • La humildad: reconocer tanto nuestras fortalezas como limitaciones

Virtudes de fortaleza interior:

  • La resiliencia: la capacidad de recuperarse ante la adversidad

  • La perseverancia: mantener el rumbo a pesar de los obstáculos

  • El coraje: enfrentar los miedos y hacer lo correcto

  • La serenidad: mantener la calma en momentos de crisis

Virtudes de crecimiento:

  • La curiosidad: el deseo genuino de aprender y comprender

  • La adaptabilidad: la capacidad de ajustarse a nuevas circunstancias

  • La gratitud: reconocer y apreciar lo que tenemos

  • La apertura mental: estar dispuesto a considerar nuevas ideas y perspectivas

Virtudes de sabiduría:

  • El discernimiento: la capacidad de evaluar situaciones con claridad

  • La prudencia: saber cuándo y cómo actuar

  • La ecuanimidad: mantener el equilibrio emocional

  • La autenticidad: ser fiel a uno mismo mientras se respeta a los demás

Hasta pronto!


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